Cuando la pequeña Isabel correteaba por las calles de Arévalo, pocos podían imaginar que se convertiría en una de las reinas más importantes de la historia de España. Corrían los años 50 del siglo XV, y la futura Isabel la Católica empezaba a enamorarse de las calles de una villa que, todavía hoy, conserva el encanto de su época medieval.
A menos de una hora en coche de Ávila, en la comarca de La Moraña, Arévalo es una ciudad que ha sabido conservar buena parte de su gran patrimonio histórico a lo largo de los siglos. Su casco antiguo es uno de los mejores ejemplos de arquitectura románica y mudéjar que se conservan en España, algo que le ha valido para ser declarada conjunto histórico-artístico. Recorrer las calles que llevan hasta el castillo se convierte en un viaje al pasado, a la época esplendorosa de una villa que se erigió como una de las más importantes del reino de Castilla.
Así, Arévalo nos ofrece mucho que ver. Resulta especialmente recomendable acercarse a la oficina de turismo para informarnos de los horarios para las visitas guiadas, la mejor manera de no perder detalle de los importantes capítulos de la historia que entre sus calles se vivieron, y de darnos cuenta de que muchos edificios esconden mucho más de lo que aparentan.
En cambio, si lo que preferimos es organizarnos por nuestra cuenta, lo más recomendable es empezar por la Plaza de la Villa. Los soportales de madera y las columnas de granito, que le confieren un irremediable aire medieval, nos guiarán hasta dos de sus principales iglesias: la de Santa María la Mayor, y la de San Martín. En ambos casos, destacan, por encima de todo, sus torres. En especial, la de la segunda, declarada monumento histórico-artístico.
Aunque si hablamos de templos, el más significativo del lugar se encuentra a tres kilómetros de Arévalo. La Iglesia de La Lugareja es una de las grandes joyas que se conservan del románico, y no cabe dudar en visitarla. Eso sí, pidiendo permiso a los dueños, puesto que se trata de una propiedad privada. De vuelta a la ciudad, también destaca la iglesia de Santo Domingo de Silos, hogar de la patrona de la ciudad, Nuestra Señora de las Angustias.
Fuera de los templos eclesiásticos, lo más destacado es el castillo donde pasó buena parte de su infancia la reina Isabel la Católica. Data del siglo XV y junto a las diversas casonas y palacios, se alza como uno de los legados históricos y artísticos más importantes de Castilla y de toda España. Inmejorables recuerdos a los que es necesario sumarles las tradicionales recetas de sopa castellana y asado de cochinillo que convierten a Arévalo, también, en un gran enclave gastronómico.
Fotos luisvilla y Joaquín Martínez